Después de vivir un sueño…

Después de vivir un sueño es el tiempo de despedirse. Explicaré de forma muy corta mi experiencia en Ciudad Real. Antes de venir aquí, me interesaba ser voluntaria por lo menos una vez en mi vida. ¿Por qué? Tenía muchas ganas de aprender cómo son los valores de voluntariado en el extranjero y vivir fuera de la zona confort. Lo que me motivaba más era ser útil para la comunidad local sin experiencia concreta en un tema y solamente con ganas de ser voluntaria. He hecho todo lo posible para poner mi esfuerzo y he sido bienintencionada, creía que sería suficiente para ayudar a la gente.

Durante el año, me hicieron sentir feliz las sonrisas de los pacientes o un comentario que hace un día genial. Por primera vez en mi vida he estado trabajando en el hospital, me sentía muy conectada con la gente de todas generaciones. Al final del año, gracias a las actividades que hicimos, aprendí más sobre los derechos humanos, la aporofobia, los migrantes y los diferentes tipos de educación. Aquí me sentía en una escuela muy intensa y siempre había más cosas que saber en el aspecto de la educación no formal.

También ha habido experiencias negativas durante el proyecto como en todas las experiencias de nuestra vida. Hasta ahora no había sentido tanta presión social y prejuicios en mi vida, he comprendido que la gente siempre tiene segunda intenciones. Antes de este proyecto, pensaba que hay en dos tipos de personas: un tipo crea el problema y el otro lo soluciona. Pero no estaba segura que eso funciona en todos los países. Ahora lo tengo más claro. Somos humanos, cometemos errores a veces a propósito y a veces sin querer. Por eso, aprendí y crecí más.

La gente que me hizo sentir en mi casa en Ciudad Real durante este año y quiero agradecérselo son Alice y Alberto. Desde el principio del año, me sentía muy cómoda en su piso porque estaba siempre feliz con ellos ❤ Isidoro es un tutor genial, pero tienes que jugar más al pingpong, y yo también al fútbolin. Vincente y Alessia me apoyaron mucho y cuando lo necesité, me ayudaron. Gracias a todos los amigos que no juzgan lo que no entienden, me sentía en casa.

Quiero agradecer a Mille Cunti por darme esta oportunidad. Gracias a Raúl y a Miriana por fundar esta asociación que hizo posible mi sueño. Raúl estaba aparte del equipo, pero siempre estaba allí cuando lo necesité, escuchando y ayudando. Miriana es una persona que me inspira mucho, con su empatía y su amistad, gracias a ella me sentí cómoda durante el voluntariado. Espero que le ofrezcáis la oportunidad a otras personas como yo. Ha sido un placer trabajar con vosotros.