Durante mi vida, he vivido en diferentes ciudades, en Diyarbakir, Osmaniye, Tekirdag, Estambul, y Bilbao. Con esta experiencia, hay una más en mi lista: Ciudad Real. Esta pequeñita ciudad tiene muchas oportunidades aunque no lo parece. Gracias a las asociaciones que hacen la ciudad más dinámica, lo he pasado muy bien. Durante mi SVE, he comparado la vida,las costumbres y la gente teniendo en cuenta los diferentes aspectos de la vida.

Para mí las similitudes entre los dos países son más de las que esperaba. Aunque vivía en Bilbao, no tenía mucha relación con las personas locales. La primera, cuando llegué aquí, la gente local era muy amable y abierta con nosotros. Cada uno tiene su personalidad, pero nos aceptaban sin juzgar y sin prejuicios. Me gusta mucho este comportamiento, en Turquía también creo que nos aceptamos fácilmente aunque sabemos que hay muchas diferencias culturales. La segunda, me ayudaban cuando lo necesitaba como en Turquía. Esa fue la razón que me hizo sentir más cómoda aquí. Si tienes una amistad tan buena, ni siquiera ves las cosas malas que pasan en tu vida. Otra similitud, es el clima y su efecto en la cultura, especialmente me siento así en el sur de Turquía, porque hace mucho calor ☺ Cuando llego a mi tierra, me encuentro con gente simpática. Son muy amistosos, sin pensar te ayudan por la calle, aunque no te conozcan.
En general, hablando con muchas personas de aquí o de otros países, los derechos de las mujeres crean problemas. Menos de los que hay en Turquía, hay desigualdad de género, pero también hay esperanza. La gente es más consciente de lo que se hace en este siglo. Políticamente me sentía siempre más libre aquí comparando con mi país. En los últimos años, ser ciudadana en Turquía se ha vuelto más difícil. Pero si hablas con la gente de este tema, me parece que todos tenemos problemas, más grandes o pequeños. Al final, aquí aprendí que la situación en todo el mundo no es como parece desde fuera.

Sobre las diferencias, los horarios son muy diferentes de Turquía sobre todo el tiempo de comer. Estaba acostumbrada comer a las 7 o a las 8 por “de la noche”. Aquí es muy temprano, me parecía poco sano, pero no. ¡Estoy en el país donde la gente vive durante más tiempo del mundo! Por supuesto ahora como más tarde porque me ponen ansiosa las tapas muy ricas. La segunda, la manera de vivir la vida es muy diferente de Turquía. Los horarios de trabajar son diferentes de mi país y al final del trabajo la gente sale para beber algo aunque sea un día laboral. Cuando trabajaba en Estambul yo no salía, por que empezaba a trabajar a las 8 de la mañana. Añadiendo el tiempo para llegar al trabajo, me despertaba a las 6 y media. Pero aquí vivo diferente. El día comienza a las 9 de la mañana. Tienes dos horas tiempo de descanso, en mi país es una hora, pero terminamos antes. Por eso me quedaba mucho tiempo para salir por la noche para bailar o tomar algo con mis amigos. Creo que es un efecto de ser español, vivir sin problemas y tomártelo todo más ligero. Por esta razón, me encanta vivir aquí con menos estrés y más relajada.
La tercera es, la conciencia del cambio climático es mayor en la sociedad. He separado la basura por la primera vez en mi vida gracias a este proyecto. Tengo una nueva costumbre y utilizo menos plásticos comparando con antes. Creo que en España y en Europa, nuevos hábitos aumentan rápidamente, en Turquía es más lenta porque hace falta educación en este tema. Otra de las cosas, la cultura del botellón en España, no existe en Turquía. La religión de la mayoridad de mi país nos afecta de esta manera, no estoy segura de si es una cosa buena o mala. En la playa, se puede beber alcohol, el botellón no existe.

Al final, yo creo que vivir en España es diferente, pero esta experiencia me ha hecho sentirme feliz. Me ha cambiado mucho en el nivel de pensamiento, sobre todo como yo vivo mi vida. Espero que tengáis mi suerte y hagáis el SVE en España 😉